Cada vez más empresas europeas están interesadas en mejorar la producción y asegurarles contratos de compra.
Carolina Torres
La Prensa
Es el momento de dar vuelta a la página y escribir otra historia de éxito para la producción agrícola hondureña.
Esa es la actitud de los cacaoteros nacionales, que hoy apuestan por una actividad que pretende volver por sus fueros con nuevas propuestas: el cultivo de cacao de alta calidad.
Hacia 1998, el sector había logrado un crecimiento continuo que sumaba 11 años, pero el destructivo paso del huracán Mitch y el hongo de la moniliasis arrasaron con el 80% de las 5,500 hectáreas cultivadas en ese momento.
La recuperación del sector ha sido larga, pero expertos y algunos estudios afirman ahora que Honduras posee más de 30 mil hectáreas de terreno con potencial para este cultivo, sobre todo de la variedad trinitario, caracterizado por tener genes de cacao fino.
La semilla fina, por definición, es producida por el cacao criollo, y en Honduras se siembra apenas un 1% de este tipo, específicamente en Santa Rosa de Copán, lo que no cierra las puertas al crecimiento de este sector.
“El cacao hondureño es de muy buena calidad. El material genético se caracteriza por tener genes finos y por eso tenemos que incrementar las áreas de producción de trinitarios que dan buena proporción de almendras finas. Por eso el mercado va a orientarse a los cacaos finos”, explica Roberto Tejada, gerente de Comunicaciones de la Fundación Hondureña de Investigación Agrícola (Fhia).
Un abanico de oportunidades
La proyección general de producción de cacao para la cosecha 2013-2014 es de 1,400 toneladas métricas (tm), que representan un aumento de 10% en relación con el período 2012-2013, según Aníbal Ayala, presidente de la Asociación Hondureña de Productores de Cacao de Honduras (Aprocacaho). Del monto proyectado se exportará el 99% y el 1% servirá para atender la demanda nacional.
En ese contexto de crecimiento se abre un abanico de oportunidades para los productores nacionales.
La primera es producir cacao de buena calidad o clase A, como lo denominan los expertos, y conseguir que empresas como Xoco Fine Cocoa Company, de Dinamarca, y Chocolates Halba, de Suiza, paguen entre el 25 y 40% más por el producto sobre el precio de la Bolsa de New York, cuyo valor promedio en octubre oscila entre $2,600 y 2,750 por tm. Otra alternativa es diversificar la producción para generar nuevas fuentes de ingresos en tiempos de crisis.
Las cinco rutas de trabajo
Las cinco rutas de trabajo
Actualmente, el cacao es impulsado fuertemente en cinco rutas de trabajo definidas en áreas de influencia con potencial para el cultivo a lo largo del litoral atlántico.
Estas zonas abarcan 528 comunidades de 63 municipios distribuidos en Cortés, Santa Bárbara, Yoro, Atlántida y Colón.
Se trata del Proyecto de promoción de sistemas agroforestales de alto valor con cacao en Honduras, coordinado por la Fhia y la Agencia Canadiense de Desarrollo Internacional.
Las rutas de trabajo se distribuyen así: La Lima-Tela, Tela-La Ceiba, La Ceiba-Trujillo, La Lima-Cuyamel; ruta 5A: Santa Bárbara, y 5B: Villanueva- Meámbar.
Unas 1,969 hectáreas han entrado en producción en esta zona desde abril de 2010 a septiembre de este año.
En tres años y medio de haberse implementado el proyecto, unos 2,500 productores se han beneficiado, reportando ingresos por L5.2 millones solo por cacao y alrededor de L13.5 millones por la diversificación de cosechas.
Ivis Cerrato, coordinador de la ruta 4 (La Lima-Cuyamel), explica que en esa zona se están produciendo 25 mil plantas injertadas con variedades de cacao productivas y más resistentes a las enfermedades, que serán distribuidas en nueve comunidades de Omoa.
En dicho sector, la mayoría de las plantaciones corresponden a cacao forastero, un tipo no muy apetecido por las chocolateras, y por eso se están renovando con los clones de cacao con demanda en el mercado.
El rendimiento actual por manzana en Omoa oscila entre 4 y 6 quintales de la semilla por manzana, lo que es considerado bajo. No obstante, “la meta es producir un mínimo de 10 quintales y más adelante hasta 18”, aseguró Cerrato.
En este punto, el llamado es a diversificar la producción sembrando rambután y árboles maderables que, además de ser una fuente de ingresos, proveen sombra a las plantaciones.
Este tipo de iniciativas permite la generación de empleo para jóvenes, sobre todo madres solteras entre 18 y 25 años.
La meta: vender a Europa
Leonor Gómez (43) forma parte de los 3,500 productores a escala nacional. Lleva 23 años dedicando sus esfuerzos a la producción de cacao en la comunidad de Las Delicias, Omoa, Cortés, lo que le permitió alimentar a sus cinco hijos.
Leonor es viuda y fue su esposo quien la involucró en este cultivo. Al inicio solo poseía cinco manzanas, pero actualmente tiene 15 y todas están cultivadas.
Una de sus metas es mejorar la calidad de sus cultivos para conseguir contratos de venta con compradores europeos.
Ella se dedica también a la cría de cerdos y a la producción de huevos como parte de la diversificación de sus productos.
En la cosecha anterior no obtuvo la ganancia esperada porque tuvo que rehabilitar algunas fincas.
Solo se produjeron 22 quintales de cacao, equivalentes a una tonelada métrica. En ese período, Leonor perdió dos toneladas de semilla porque le robaron la cosecha más grande.
Así también se dio cuenta de que algunas plantaciones -de más de 33 años de producción- necesitaban ser renovadas, lo que en su caso tiene un costo de inversión de unos L35 mil.
Para este año, las expectativas de Leonor son incluso menores porque las lluvias afectaron una buena parte de sus cosechas. “No voy a tener ni la mitad de lo que coseché el año pasado”, comenta.
Incluso con todas sus dificultades en los últimos dos años, Leonor dice que en 2014 sí va a tener ganancia y proyecta ingresos de más de L100 mil si su cosecha le genera un rendimiento de 70 quintales.
También espera cumplir todas las normas de calidad para tener la posibilidad de negociar con Chocolates Halba, comprador suizo.
“El año antepasado entregué cacao en baba. En 2012 solo hice dos pequeñas entregas y me pagaron bien”, refiere.
Los desafíos más importantes que afrontan los cacaoteros hondureños
Los cacaoteros del litoral atlántico afrontan desafíos difíciles para mejorar la calidad del producto debido a la poca disponibilidad de recursos y la falta de infraestructura para hacer un óptimo proceso de beneficiado y poscosecha.
“Hay fincas que se han asistido bien, pero falta mejorar las condiciones para el secado; nos falta espacio”, dice Francisco López, presidente de la Cooperativa San Fernando, en Omoa, Cortés.
En este contexto, Leonor Gómez, productora e integrante de dicha cooperativa, explica que el Congreso Nacional les aprobó L1.6 millones para instalar un centro de acopio completo, por medio del proyecto Horizontes del Norte, pero que aún no se ha hecho el desembolso.
“Esperábamos que este centro estuviera listo este mes porque así nos habían dicho, pero no (está listo). Es un centro que tendría oficinas, bodegas, secadoras de leña, secadoras solares, que es todo lo que necesitamos”, concluye.
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