Por Gerardo Berthin
Blog Humanum
Fernando Calderón argumenta que “los espacios municipales o territoriales constituyen ámbitos donde es posible construir una vinculación fecunda entre sociedad y Estado.” Es decir son espacios donde se puede producir un desarrollo humano colectivamente más sólido y sustentable y desde donde se pueden re-lanzar y proyectar nuevos procesos de gobernabilidad democrática. Recientemente, se lanzó desde el Centro Regional para América Latina y el Caribe/DRALC, el estudio Explorando la dinámica de la participación política juvenil en la gobernabilidad local en América Latina con la idea de explorar esa tesis desde la mirada de las y los jóvenes.
El estudio sistematiza y documenta prácticas y experiencias en materia de participación política juvenil en el ámbito local en cuatro municipios de cuatro países en América Latina: Cartagena, Colombia; San Carlos, Nicaragua; Alajuelita, Costa Rica; y El Cercado, República Dominicana.
Esta sistematización permite abordar un análisis de las principales tendencias, las oportunidades y desafíos de la participación política juvenil en el ámbito local, desde la perspectiva de los propios actores en estas 4 localidades, que son jóvenes, mujeres y hombres, de entre 18-28 años de edad. En la realización del estudio se aplicó una combinación de técnicas cualitativas y cuantitativas de análisis, incluyendo una encuesta de valores democráticos, y entrevistas a varios actores juveniles y adultos.
El estudio analiza el contexto local para entender no solo las problemáticas del entorno sino también las percepciones de los jóvenes; la dinámica de las organizaciones juveniles y el papel de los jóvenes; cómo participan, sino también porqué lo hacen o por qué no lo hacen; y los desafíos y las oportunidades de la participación política juvenil en el ámbito local.
El estudio arroja una serie de hallazgos interesantes que por un lado ayudan a desmitificar la dinámica de la participación política juvenil, y por el otro alimentan nuevas hipótesis. Estos ofrecen insumos para una agenda de trabajo tanto desde el Sistema de Naciones Unidas, como también desde el PNUD y otros actores de cooperación internacional.
La región se encuentra en un momento coyuntural en temas de gobernabilidad democrática. Por lo tanto, revisar algunos de los supuestos, conceptos y enfoques de la participación política juvenil son oportunos y necesarios para entender las oportunidades y dimensionar los desafíos. Los y las jóvenes se perciben a sí mismos, principalmente, como agentes y/o medios para la innovación, para el cambio y la construcción del futuro. Al mismo tiempo, poseen un alto grado de motivación para participar y la inmensa mayoría se decantó por lo colectivo frente a lo individual, a la vez que favorece en general la innovación.
Los espacios locales emergen como una dimensión nueva de participación y con unas características específicas y diferentes a las de los espacios nacionales. Aunque se reconoce también, que las políticas públicas locales focalizadas en la juventud son todavía un producto en construcción. También se verifica un creciente proceso de participación a través de las redes virtuales, y que estas sirven para expandir su sociabilidad. Sin embargo, se valora también a las organizaciones juveniles.
A pesar de que los jóvenes manejan e intercambian más información que otros grupos etarios (en gran parte debido al internet y el uso de redes virtuales), por otra parte también carecen de conocimiento y/o capacidades básicas para operar en el cada vez más complejo ámbito político y de políticas públicas, que sigue siendo un proceso más de cara a cara. Los jóvenes quieren ser parte de una colectividad no virtual, y muestran un deseo genuino de salir del anonimato y de la frialdad y temporalidad de plataformas virtuales y redes sociales. Las y los jóvenes participan donde perciben que los toman en cuenta, y en aquellos espacios que perciben como “no politizados”. Se valora la pertenencia al grupo, y ven la utilidad de estas como medios para interactuar con los gobiernos locales.
En este contexto, las organizaciones juveniles aparecen más como espacios de voz, que de incidencia. Sea el futbol, el hip-hop, el tema medio ambiental o los valores democráticos, estos son vistos como medios de cohesión y de identidad de las y los jóvenes, y para muchos, el tiempo dedicado en estas actividades es visto como “participación política” y como una alternativa a formas convencionales políticas y a la misma virtualidad.
La creciente dinámica y complejidad de la gobernabilidad democrática también reta a los jóvenes a reconocer y entender a las instituciones y los procesos de toma de decisión. Será importante trabajar en distintas dimensiones de gobernabilidad (la local, y su articulación con lo nacional y lo intermedio); en distintas esferas (la educación, las organizaciones sociales, los medios de comunicación, las organizaciones de cooperación internacional, partidos políticos, administración pública); y en generar estrategias más a medida de cada contexto y que vean a las y los jóvenes no sólo como sujetos de iniciativas, sino como actores de su propio desarrollo humano.
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