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MANAGUA.- Los efectos negativos del cambio climático sobre la producción de maíz para autoconsumo en Centroamérica podrían hacer perder al menos 125 millones de dólares por año a los países del CA-4, reveló un estudio divulgado por Forest Stewardship Council (FSC Nicaragua), que incluye el impacto sobre el frijol.
El CA-4 está integrado por Guatemala, El Salvador, Honduras y Nicaragua.
El Salvador podría ser el más castigado por los efectos negativos del cambio climático, en menor medida sería Guatemala, según el estudio enviado a Acan-Efe.
La producción de maíz para autoconsumo en El Salvador, en suelos degradados, podría mermar hasta en un 32,2 % hasta el año 2020 y en 33,3 % a 2050.
Por su parte, Guatemala perdería 10,8 % en el primer período y 11,0 % en el segundo, según el estudio titulado “Tortillas en el comal”.
El segundo país con mayor impacto negativo sobre el maíz sería Honduras, que perdería un 29,5 % para 2020 y 29,8 % hasta 2050. Le seguiría Nicaragua con una reducción de 11,0 % y 11,3 % en cada período.
“Esto es fundamental para los países centroamericanos, ya que más del 75 % de las tierras agrícolas tienen suelos degradados”, advierte el documento.
Costa Rica no fue tomada en cuenta para el estudio, que se centró en los países del CA-4, informó FSC Nicaragua.
FSC recuerda en el informe que el consumo de maíz y fríjoles es el “sistema de producción más importante de la región”.
Datos de la Comisión Económica para América Latina (CEPAL) indican que el consumo anual de maíz en la región es de 170 kilos por persona y de fríjoles es de 25 kilo por persona.
El caso de Nicaragua es especial, de acuerdo con el informe, porque produce el 30% de la cosecha regional, pero además exporta a los países vecinos.
En su informe sobre la investigación, FSC Nicaragua explica que las proyecciones se hicieron en base de un análisis que incluyó la situación socioeconómica y agrícola de 120 productores de maíz y fríjol para autoconsumo en cada país.
A eso aplicaron modelos climáticos con tecnología de punta y herramientas de sistemas de información geográfica, incluyendo datos oficiales de la región sobre clima y precipitaciones, a excepción de fenómenos extremos, como huracanes y sequías.
El estudio indica que más de un millón de pequeños productores y sus familias en Centroamérica dependen del cultivo de maíz y fríjol para subsistir, pero que carecen de información suficiente para enfrentar los efectos adversos del cambio climático.
La situación de los productores de maíz en suelos no degradados es poco alentadora en Honduras, ya que, tanto en el corto plazo como en el mediano, perderían un 11,7 %.
Le siguen los de Nicaragua con un negativo 3,3 % a 2020 y 4,0 % para 2050. El Salvador y Guatemala no superan el 1,8 % en ningún escenario.
Los efectos negativos del cambio climático en el fríjol para 2020 harían perder un 15 % de la producción de autoconsumo en Honduras, un 8 % en El Salvador, 6 % en Nicaragua y 4 % en Guatemala. Para 2050, Centroamérica vería mermar su producción de fríjoles en un 25 %, apunta la investigación.
En las recomendaciones, el informe señala que el impacto del cambio climático puede ser menos negativo si se conservan los recursos naturales en el proceso productivo, se diversifica la producción, se capacita a la población para que se adapte a los cambios y se les de acceso a financiación para enfrentar la situación.
La investigación fue auspiciada por la Fundación Howard G. Buffett, y ejecutada por distintas organizaciones, entre ellas el Centro Internacional de Agricultura Tropical (CIAT), el Servicio Alivio Católico (CRS), y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo.
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