La Tribuna
Alarmante es la situación de los productores de café en uno de los municipios de mayor producción en este departamento, por la presencia de la roya, que afectó al 50 por ciento de los cultivos ocasionando pérdidas millonarias para la economía del país y particularmente la de una zona cuyo patrimonio exclusivo es el café.
Los pequeños productores son los más perjudicados. |
La Tribuna tal como lo hizo en la década de los 80, cuando por primera vez la roya causó estragos en todo el país, estuvo de lado de un sector al que todos le sacan dinero pero muy poco reciben las más de ochenta mil familias que viven de este rubro en todo el país.
Durante el recorrido realizado por varias fincas, el panorama que se observó es sombrío, desolador y hasta dramático por el daño causado por la plaga en grandes extensiones. Donde hasta el año pasado se producía un promedio de 30 y 35 quintales, hoy fincas completas están infectadas; el café maduró pero se quedó entre las ramas secas de la planta infectada y lo único que procede es el corte para proceder a renovar las fincas.
El daño es irreversible, comentó César Vallejo, un agrónomo especializado en el cultivo y conocedor de la realidad de la caficultura, porque diariamente está en contacto con los pequeños y medianos productores, con los que la empresa para la que labora mantiene una estrecha relación en materia de comercialización.
Es un duro golpe para la economía, renovar una finca requiere de mucho dinero, pero hacen falta los recursos y lo que los productores tienen en estos momentos son deudas, desilusión y estados depresivos, porque no es fácil ver una finca que hasta el año pasado fue productiva pero nadie se imaginó esta catástrofe, comentó.
Resulta difícil describir lo que se observa en las fincas; el verdor de los cafetales se transformó en amarillento y el fruto verde que no maduró adquirió un color negro entre las ramas de la planta, de la que solo quedan las varillas sin hojas porque la roya absorbió la savia que alimentaba el grano y vitalizaba el árbol para la nueva cosecha.
La única alternativa es la renovación total de las fincas, una tarea casi imposible para los pequeños productores que perdieron la totalidad de los cultivos. Los denominados grandes paralelamente a la destrucción ya comenzaron a renovar, pero no con la misma celeridad que avanza la plaga, lo que implica para los próximos años una baja considerable en la producción.
Los grandes productores, debido a la crisis, ya comenzaron a hacer arreglos con los bancos, pero de acuerdo a lo expresado por Mario Segura la preocupación mayor se inclina a los pequeños y medianos que cultivan menos de cinco manzanas y desde el punto de vista de un banco no son atractivos, primero porque no tienen títulos de propiedad y luego la imposibilidad de adquirir un préstamo.
En reciente asamblea con más de 400 productores, estos indicaron que una de las alternativas para evitar la catástrofe del momento es que la retención de todos años sirva como garantía para que les den esas retenciones anticipadas que servirían en este momento para reactivar las unidades de producción.
No comments:
Post a Comment