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Tegucigalpa - La situación de los niños de los pueblos indígenas y afrodescendientes en Honduras, es precaria y vulnerable, según revela un estudio realizado por el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), en colaboración con instituciones gubernamentales como la Secretaría de Pueblos Indígenas y Afrohondureños (Sedinafroh) y el Instituto Hondureño de la Niñez y la Familia (Ihnfa).
La encuesta de hogares se basó en una muestra que cubrió los siete pueblos indígenas y los dos afrohondureños: misquito, garífuna, tawahka, maya chortí, nahua, negro de habla inglesa, pech, lenca y tolupán; donde se visitaron 167 hogares de 23 comunidades.
Asimismo, se hicieron ocho entrevistas con autoridades municipales de cinco departamentos, 10 entrevistas a centros educativos en cuatro departamentos y 11 entrevistas en centros de salud en seis departamentos.
Raquíticos ingresos y desempleo
El estudio reveló que el ingreso promedio per cápita de los pueblos originarios es de apenas mil 21 lempiras con 20 centavos que representan unos 55 dólares con siete centavos, lo que equivale a apenas al 36.8 por ciento del promedio nacional.
Por otro lado, la tasa de desempleo femenino es seis veces más elevada que la media nacional y la tasa de desempleo masculino duplica el promedio en el resto del país.
Asimismo, la mayoría de las niñas y niños indígenas y afrohondureños, el 85.6 por ciento, habitan en viviendas vulnerables ambientalmente, por lo que está siendo perjudicado su derecho a una vivienda digna, indica el estudio.
Agrega que muchas viviendas están fabricadas con materiales no apropiados y las posibles causas: son la pobreza y mayor accesibilidad de materiales de construcción precarios.
Mortalidad Infantil
En el 2000, la tasa de mortalidad de niñas y niños indígenas menores de un año era de 43.5 muertes por cada mil niños nacidos vivos y era superior a la media nacional de 35.1 por cada mil nacidos vivos.
La mortalidad de menores de cinco años es de 62.9 por cada mil nacidos vivos entre los indígenas, mientras que la media nacional es: 49.7 por cada mil nacidos vivos.
Según los resultados del estudio, las principales causas de muerte son la infecciones respiratorias agudas, (neumonía), el parasitismo y la desnutrición, las que son enfermedades evitables y se vinculan con un ambiente adverso y otros factores agresores que se presentan con mayor gravedad en la infancia indígena.
Entre tanto, la desnutrición crónica afecta al 38 por ciento de niñas y niños de 0 a 5 años, aunque hay una gran disparidad entre pueblos.
La desnutrición crónica supera la media nacional y el 50.9 por ciento de los menores de cinco años ha recibido lactancia materna exclusiva (LME). A medida que aumenta el nivel formativo de la madre o sus ingresos disminuye la lactancia materno.
Enfermedades y situación educativa
La encuesta indica que el 41.4 por ciento de la población infantil estuvo enferma durante los seis meses anteriores al sondeo y supera el promedio nacional de 38.8 por ciento.
En el estudio destaca la incidencia de las infecciones de transmisión sexual entre la infancia del pueblo negro de habla inglesa de 37.7 por ciento, de los niños de 0 a 17 años afectados en los seis meses previos a la encuesta.
Mientras tanto, al igual como ocurre a nivel nacional, existe una baja asistencia escolar y en ese sentido, únicamente el 41.4 por ciento de la población de cuatro y cinco años asiste al nivel preescolar.
Mientras, el 92.3 por ciento de la infancia de seis a 12 años asiste a la escuela o nivel básico.
Asimismo, el ausentismo es elevado y alcanza el 33.1 por ciento, debido a enfermedades y a huelgas de maestros, aunque algunos estudios culpan al trabajo de temporada.
Además, existe un alto grado de repetición que alcanza el 10.5 por ciento de la población de primaria. El abandono escolar en primaria, no es muy alto (18.3 por ciento) de los alumnos que reprobaron.
La asistencia a educación secundaria entre alumnos de 13 a 17 años es del 43.5 por ciento en promedio, pero el porcentaje de adolescentes que no estudia es preocupante ya que casi un tercio ha abandonado.
También se da un ausentismo de 32.8 por ciento, con causas similares a las referidas para la educación primaria.
El estudio concluye que hay un reducido apoyo del Estado a la educación: donde un 69 por ciento de los niños en primaria y un 82.2 por ciento en secundaria, no reciben ningún apoyo.
La encuesta no ha hallado relación entre la probabilidad de recibir este apoyo y la renta familiar, el número de miembros en la familia o la distancia del centro escolar.
En ese sentido, el nivel de acceso a las nuevas tecnologías (uso de computadora, Internet, etc) es más bajo entre los pueblos indígenas y afrohondureños que en el resto de la población hondureña.
Las causas se relacionan con la pobreza, pero también con que muchas comunidades carecen de energía eléctrica, señala el estudio.
Métodos disciplinarios y trabajo infantil
El estudio establece que un 53.4 por ciento de los hogares recurre a la orientación como método disciplinario de sus hijos, mientras que un 42.5 por ciento de los hogares aún utiliza el castigo físico.
La encuesta también concluye que hay una menor tasa de trabajo fuera del hogar que equivale al 8.3 por ciento, menor a la media nacional de 13.9 por ciento.
Entretanto, la ocupación del jefe del hogar no influye en que los niños trabajen, lo que sugiere que el trabajo infantil es complementario del de los adultos y no sustitutivo.
“Son trabajos de escasa remuneración, poco cualificados y con nulas posibilidades de promoción”, destaca el documento.
Abuso sexual, embarazo precoz y falta de registro
Durante la encuesta, 0.9 por ciento de informantes reportó conocer de casos de abuso sexual contra niñas y niños y un 5.8 por ciento contra adolescentes en su comunidad, pero los datos no permiten cuantificar con más precisión el fenómeno.
Por otro lado, sólo un 7.3 por ciento de las adolescentes entre 15 y 17 años ha estado o está embarazada, lo que contrasta con el dato nacional que es de 13.3 por ciento.
La encuesta también detectó que el problema del subregistro es ligeramente superior a la media nacional ya que l 7.2 por ciento de la infancia menor de cinco años no está registrada.
Asimismo, el 31.9 por ciento de la infancia participa en las decisiones que toma la familia.
Inmensa mayoría en pobreza
El estudio concluye que una inmensa mayoría que equivale al 97.3 por ciento de la población infantil está en situación de pobreza, y el 59.7 por ciento en pobreza severa.
Acota que la principal privación está en la vivienda, seguida del saneamiento y la información, sin embargo, hay dimensiones en los que los pueblos indígenas y afrohondureños muestran datos esperanzadores, como la educación.
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