Dulce Marlen Contreras, fundadora de COMUCAP, en el almacén de café de la cooperativa
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Ritu Sharma
La hondureña Dulce Marlen Contreras, convencida de que la pobreza da lugar a la violencia doméstica y a otros problemas que afligen a las mujeres de su comunidad, estableció una organización para dar a conocer a las mujeres sus derechos. Esta organización pronto se transformó en una cooperativa agraria que ha dado a sus miembros estabilidad económica.
In 1993, Dulce Marlen Contreras fundó la Coordinadora de Mujeres Campesinas de La Paz, o COMUCAP, para sensibilizar a la población con respecto a los derechos de las mujeres en Honduras. Hija de agricultores de la zona rural de La Paz, Honduras, Marlen estaba cansada de ver cómo las mujeres de su comunidad soportaban la plaga de alcoholismo y violencia doméstica.
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Junto con siete amigas, Marlen organizó COMUCAP para dar a conocer las mujeres locales sus derechos, enseñarles a hacerse respetar y finalmente lograr la independencia económica. La disponibilidad de talleres de trabajo y refugios de mujeres era parte esencial de la misión, pero Marlen no tardó en percatarse de que para reducir la violencia doméstica a largo plazo, COMUCAP tenía que atacar la raíz del problema, la pobreza.
Al comprender la relación entre pobreza y males sociales, COMUCAP decidió abordar el problema desde otro ángulo. Además de los talleres destinados a despertar la conciencia pública, la organización empezó a enseñar a las mujeres a cultivar y vender café y áloe orgánicos. Las mujeres de La Paz siempre habían cuidado de los niños y dependían de los hombres, que les proporcionaban apoyo económico. El cultivo y la venta de café y áloe vera, así como la elaboración de productos para la venta, no sólo permitieron a las mujeres ganar un ingreso adicional para su familia, sino que les dieron independencia y estabilidad económicas.
La reacción inicial de la comunidad fue hostil. En la potenciación de la mujer se vio una amenaza para la familia y sus valores tradicionales. Pero a medida que se fueron ampliando los programas de COMUCAP, Marlen y sus amigas empezaron a ver resultados: Cuanto más dinero ganaban las mujeres, más aumentaba su capacidad de afirmar su papel en la familia. La comunidad empezó a ver a las mujeres de COMUCAP como contribuyentes al bienestar económico. Ahora cada vez es mayor el número de mujeres que comparten la adopción de decisiones con su marido. Las mujeres están en mejores condiciones de protegerse de los malos tratos en el hogar. La estabilidad económica y la igualdad en la estructura familiar han reducido radicalmente la violencia doméstica y mejorado la calidad de vida de las familias de la COMUCAP. Los hijos de todas estas mujeres asisten a la escuela.
Miembros de COMUCAP venden sus productos agrícolas y otros artículos en un mercado local. Sus productos orgánicos están entrando en el mercado internacional.
Actualmente, COMUCAP proporciona empleo e ingreso a más de 225 mujeres de las zonas rurales de Honduras, a través de una creciente serie de programas. La mayoría de ellos se concentran en la producción agrícola, como el cultivo de naranjas para hacer vino; áloe vera, del que extraen una variedad de productos; café orgánico y fertilizantes orgánicos. COMUCAP ofrece asesoramiento técnico en agricultura orgánica y apoya programas de crédito agrícola. COMUCAP ofrece a sus grupos afiliados cursillos de alfabetización, promoción política, propuesta de subvenciones y recaudación de fondos. Últimamente también facilita capacitación y apoyo a las mujeres que desean establecer su propio negocio. Algunas de ellas han comprado sus propias parcelas de terreno gracias a préstamos del COMUCAP.
A través de un programa de cooperativas agrícolas se ayuda a los miembros a establecer grupos de cinco a 25 mujeres. Estos grupos alquilan o poseen pequeñas parcelas donde cultivan colectivamente café y áloe vera. Con el áloe vera elaboran productos Wala Organic Aloe, como champú, zumos y postres. En el modelo comercial de COMUCAP, los miembros de la cooperativa cultivan sus propias plantas, las refinan y preparan para su uso y elaboración de productos que se comercializan en mercados locales, regionales, nacionales e internacionales. Los beneficios se reparten equitativamente entre los miembros de la cooperativa. Se llegó a una decisión consciente de dedicarse al cultivo de productos orgánicos, más fáciles de introducir en mercados internacionales y menos nocivos para el medio ambiente. El café orgánico de COMUCAP está certificado por el Departamento de Agricultura de Estados Unidos y fair trade. Para noviembre de 2009, COMUCAP estaba exportando más de 4.500 kg de café fair trade al año a Europa y daba empleo a más de 100 mujeres.
Juana Suazo, de 55 años de edad y madre de seis hijos, es un buen ejemplo del éxito de COMUCAP. Tras separarse de su marido, que le daba malos tratos, Juana se encontró de repente en el trance de tener que criar a sus hijos sola. Al principio, trató de conseguir que el dinero le llegara a fin de mes desempeñando múltiples trabajos. Fue entonces cuando COMUCAP le facilitó los medios de asegurar un futuro sostenible para su familia. Con ayuda de la organización, Juana estableció su propio negocio de producción de vino, que con el tiempo le permitió comprar una casa y cinco acres de tierra donde ahora cultiva café y verduras. Hoy paga la universidad de dos hijas y ayuda a dos hijos que viven en Estados Unidos. Además de ayudarla a librarse de los malos tratos en el hogar y lograr la estabilidad económica para que su familia pudiera prosperar, el ejemplo de COMUCAP inspiró a Juana a estudiar derecho para ayudar a su comunidad. Ahora dedica su tiempo libre a defender los derechos de otras mujeres en apuros.
Más oportunidades económicas y medios de ganar un ingreso permiten a las mujeres escapar de situaciones violentas, cuidar debidamente a su familia y educar a sus hijos, lo que, a su vez, redunda en beneficio de su comunidad. La independencia económica de una mujer le da más autoridad dentro y fuera del hogar. Las organizaciones comunitarias como COMUCAP dan a la mujer los medios de superar la pobreza y recuperar la paz y la dignidad en su vida — gracias a los granos de café.
Ritu Sharma es cofundadora y presidenta de Women Thrive Worldwide, importante organización estadounidense sin fines de lucro, que presta asistencia económica y ayuda a empoderarse a las mujeres que viven en la pobreza.
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