Tuesday, December 17, 2013

El 75% de los deportados hondureños no logró llegar a Estados Unidos

Según el Centro del Migrante, el 50% de retornados intenta cruzar hasta siete veces la frontera 
Kleymer Baquedano
La Prensa 
Con diez vuelos programados para las próximas semanas, con más de cien compatriotas en cada uno, las autoridades del Centro de Atención al Migrante Retornado (CAMR) prevén que la cifra cerrará con más de 40 mil deportados este año.
La falta de empleo, la inseguridad y el proyecto de reforma migratoria que impulsa el Gobierno de Estados Unidos son las principales razones que mueven a miles de catrachos a buscar el sueño americano, reflejando un aumento de más del 15% en comparación a 2012.
La Asamblea General de las Naciones Unidas proclamó el 18 de diciembre como el Día Internacional del Migrante ante el aumento de los flujos migratorios en el mundo. Se calcula que unos 232 millones de personas buscan en países distintos al suyo nuevas oportunidades de mejorar su vida y desarrollar sus conocimientos.
Las autoridades del CAMR aseguran que la cifra de deportados este año sobrepasa todos registros en la historia de expulsiones de compatriotas en Honduras. Sin importar los múltiples riesgos a los que se enfrentan durante la ruta, los repatriados no se detienen en su lucha por llegar al país de las oportunidades.
Geraldina Garay, encargada del CAMR de San Pedro Sula, manifestó que la institución ha intensificado su trabajo para hacer conciencia a los migrantes de peligros que han aumentado en los ultimos tres años. Ahora ya no solo se exponen a que Migración los deporte, sino a ser abusados sexualmente, secuestrados, a perder uno de sus miembros durante su viaje en el tren y mucho peor, a perder sus vidas.
“Les cobran hasta cien dólares por subirse al tren o para no tirarlos del tren, el migrante está siendo visto como una mercancía, no como ser humano”.
Garay indicó que el 75% de los migrantes retornados a Honduras no logran llegar a tierras estadounidenses. El 25% restante reside en Estados Unidos durante un promedio de cinco años o más y por alguna infracción cometida son identificados como ilegales y son regresados a Honduras.
“Estas personas vuelven frustradas, porque venden todo lo que tienen para poder viajar a Estados Unidos y tienen que comenzar de cero”.
Detalló que el 50% de los migrantes retornados intentan tres y hasta siete veces cruzar de nuevo la frontera de México hacia Estados Unidos. “Nos da pesar, porque muchos llegan con problemas de salud y sicológicos”.
Las enfermedades más frecuentes que presentan los catrachos son diabetes, hipertensión, pulmonía y problemas estomacales agudos. En el caso de los problemas sicológicos, repuntan las depresiones, alucinaciones, trastornos e ideas suicidas.
El aumento de menores repatriados preocupa también a la encargada del CAMR, ya que 334 niños en edades de nueve en adelante han sido deportados en lo que va de este año.
Aunque algunos viajan en compañía de algún familiar, sobre todo de uno de sus abuelos, otros viajan solos, motivados por reunirse de nuevo con sus papás que dejaron de ver hace varios años. “Hemos recibido hasta bebés de tres meses, pero la mayoría son de nueve años. Ellos son deportados de México, no logran llegar”, señaló.
Conciencia a los hondureños
José Luis Hernández, presidente de la Asociación de Migrantes Retornados con Discapacidad (Amiredis) de El Progreso, perdió el brazo derecho y parte de la mano izquierda hace siete años cuando intentó por segunda vez llegar a Estados Unidos subido en el tren. Desde entonces se ha dedicado en concienciar a los hondureños para que no emprendan el viaje.
“La necesidad me obligó a emigrar. Yo no quisiera que más personas se fueran en las mismas condiciones”, exclamó.
Durante su segundo intento, que duró 19 días, José Luis aguantó hambre, sed, frío y todo tipo de calamidades. Pero asegura que nada lo desmotivó más que ver cómo uno de sus compañeros de viaje era despedazado por el tren que los llevaba. “No pudimos hacer nada por él, ese día hubo un silencio entre todos los que íbamos en el tren”.
Pese a su condición, José Luis es un hombre alegre que por medio de charlas trata de evitar que más compatriotas arriesguen sus vidas. Actualmente él y un grupo de 34 personas mutiladas por el tren están exigiendo al presidente Profirió Lobo que antes de entregar la Presidencia cumpla con la promesa de darles un plan de vivienda digna.

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