Sunday, October 20, 2013

Centroamérica: Estrategias contra el fracaso escolar


Iniciativas incluyen prevención, protección y asistencia en casos de violencia, además del refuerzo de valores positivos por medio de los deportes.
Lorena Baires
Infosurhoy.com
SAN SALVADOR, El Salvador – Centroamérica busca nuevas estrategias para blindar a las escuelas de la violencia que protagonizan las pandillas, la que contribuye con el fracaso escolar anual de 3,6 millones de niños y niñas.
En el nivel primario, el 32,7% de los estudiantes centroamericanos abandona o repite el grado. En la secundaria, la cifra llega al 69,2%, según el informe “Completar la Escuela en Centroamérica: los desafíos pendientes” del Fondo de Naciones Unidas para la Niñez (UNICEF).
De ocho países analizados en el informe, Belice es el que conserva el mayor porcentaje de alumnos en primaria, con el 86%. Le sigue República Dominicana con el 83,7%; Costa Rica con el 81,9%, Panamá con el 81,2%, El Salvador con el 64,7%, Guatemala con el 52,5%, Nicaragua y Honduras con el 44,3%.
En Honduras, los estudiantes enfrentan acoso, extorsión y agresiones de parte de las pandillas.
Un estudio reciente de la organización internacional Casa Alianza, dedicada a proveer actividades educativas, culturales y deportivas, además de asistencia legal y de salud a niños y jóvenes de la región; reveló que 7.315 jóvenes menores de 23 años fueron asesinados entre marzo de 1998 y marzo de 2012.
A mediados del año pasado, el temor de la muerte rondó una escuela del municipio de Choloma, en el departamento de Cortés, el segundo más violento del país.
“A uno de mis alumnos lo secuestraron en el portón de la escuela, lo amarraron y se lo llevaron en un carro”, relató una docente. “Otros niños que vieron dónde lo escondieron, nos avisaron y los maestros fuimos a liberarlo. Nos lo entregaron golpeado”.
Para evitar casos como ese, la Secretaría de Educación y el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) implementan desde 2011 el programa “Abriendo Espacios Humanitarios” (AEH).
AEH se ejecuta en 20 centros de educación básica de los departamentos con los índices más altos de violencia – Atlántida, Colón, Copán, Cortés y Francisco Morazán.
Alumnos, docentes, personal administrativo y líderes comunitarios están aprendiendo estrategias de prevención, protección y asistencia en casos de violencia.
Para la prevención, se elaboran materiales didácticos sobre principios y valores humanitarios. En materia de protección, se evalúan los riesgos e implementan medidas de seguridad para el centro escolar. En términos de asistencia, se brindan capacitaciones sobre primeros auxilios y reacción emocional de urgencia.
“A pesar de que pudimos rescatar al joven, luego de las capacitaciones con el programa AEH, nos damos cuenta de nuestra precipitación; pusimos en riesgo tanto la vida de él, como las nuestras”, dijo a los profesionales del CICR la docente que participó en el rescate del alumno en Choloma.
Maritza Amaya, a Honduran Department of Education official, said the program is a pedagogical approach to preventing and mitigating the risks and consequences of organized violence, which prevents the normal functioning of school life.
“AEH contribuye a generar en los alumnos y docentes mayor conciencia y comportamientos humanitarios de respeto y protección a la vida”, dijo Amaya.
Laura Díaz, una de las representantes del CICR en Honduras, señaló que en las 20 escuelas beneficiadas, el proceso ha facilitado la interacción de todos los actores y generado iniciativas de dinámicas preventivas que no estaban previstas en el programa.
“El objetivo también es generar comunidades de aprendizaje que vayan más allá del aula”, dijo. “Por ejemplo, en una escuela los padres de familia organizaron, con el apoyo de la Cruz Roja y su alcaldía municipal, una feria sobre las consecuencias de la violencia organizada en los jóvenes y en las escuelas”, detalló Díaz.
Deportes con valores
En El Salvador, además del abandono escolar, decenas de alumnos mueren en incidentes relacionados a las pandillas y otros resultan lesionados.
En 2011 se reportaron 180 estudiantes fallecidos en incidentes violentos y fuera de los centros escolares, según la Policía Nacional Civil (PNC). En 2012, registraron 78 casos y en lo que va del año, se cuentan 48.
José Guido, director del Instituto Nacional Alberto Masferrer (INAM), ubicado en la colonia Zacamil, al poniente del municipio de Mejicanos, confirmó que sus estudiantes de bachillerato abandonan las aulas porque son amenazados por los grupos delincuenciales.
“Hay que ser honrado, los jóvenes que son amenazados es porque sus parientes están vinculados a la violencia de las pandillas”, dijo.
En apoyo a los estudiantes amenazados, la PNC impulsa desde 2010 el plan “Policía Escolar”, el que asigna parejas de agentes a escuelas para brindar atención psicológica, charlas preventivas a estudiantes en situaciones problemáticas y clases deportivas.
El Instituto Nacional de los Deportes (INDES) capacitó el año pasado a 400 policías para orientar a los estudiantes de 300 escuelas públicas a través del deporte, según la inspectora Blanca Lidia Figueroa, jefa de la División de Servicios Juveniles y Familia de la PNC
La pareja de agentes es destacada en una escuela y en una hora clase atiende a 40 alumnos aproximadamente. A través de dinámicas deportivas, los agentes buscar fortalecer valores como la solidaridad, compañerismo, honestidad, respeto y tolerancia. Al finalizar la clase, se orienta a los estudiantes para que realicen una conclusión sobre lo aprendido en la actividad.
“El deporte nos permite evitar el choque con el estudiante, porque ven al policía en una actitud y actuación diferente, hacemos sinergia y ocupamos un lugar vacío, dejado por alguien. Les ayudamos a reforzar valores y principios a través del deporte”, expresó Figueroa.
El liderazgo del policía dentro del centro educativo ha ido más allá de las expectativas del alumnado.
En el Instituto Nacional de Antiguo Cuscatlán (INAC), en el departamento de La Libertad, algunos adolescentes estaban involucrados en venta y consumo de drogas. Gracias a la asistencia de la PNC, algunos ya desertaron, según comentan los mismos estudiantes.
“Muchos de mis compañeros han dejado de consumir o vender droga porque en las charlas y las terapias psicológicas estamos aprendiendo que la vida se acaba rápido si uno las consume”, indicó Alexander Castillo, uno de los 844 alumnos del INAC.
La PNC ha debido enfrentar casos de directores o maestros renuentes a que sus alumnos participen de esta iniciativa, porque dentro de las aulas hay pandilleros. Figueroa insiste en que las dinámicas, lejos de confrontar, ayudan al alumno a reforzar sus valores.
“Mientras más estemos ahí, trabajando con convicción y liderazgo, bajaremos los niveles de violencia”, señaló.

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