Saturday, May 11, 2013

Julia vende 200 bananos diarios para mantener a sus ocho hijos

 Tres de sus hijos salen a encontrarla. La mayor carga a su pequeño, en su vientre lleva un segundo. Al fondo la casa de Julia.
La Tribuna
La historia de Julia Pérez Alvarado (41) refleja una realidad en Honduras donde el 34 por ciento de los hogares está sostenido por una madre soltera, según el Instituto Nacional de Estadísticas (INE).
Ella recorre diariamente varios kilómetros vendiendo 200 mínimos en una canasta y así poder sustentar a su familia conformada por ocho hijos.
LA TRIBUNA conoció a esa abnegada mujer de piel trigueña y estatura pequeña en la colonia 28 de Junio en Comayagüela, un sector considerado bajo indicadores de pobreza.
¿Cuántos hijos tiene?
Tengo ocho hijos: Luisa Munguía tiene 23 y Matea 22. Todos los he tenido seguiditos. Cada año me nacía un güiro. A Matea le sigue Isabel, luego Delia, Ana y Elmer.
Julia Pérez Alvarado
¿De dónde es originaria usted?
De Curarén (municipio de Francisco Morazán), pero hace siete años me vine con mis hijos a Tegucigalpa.
¿Por qué se vino de Curarén?
No me daba para vivir con mis hijos. Estaba sola porque al marido ya lo había dejado.
¿Por qué lo dejó?
Porque era bolo y me pegaba cuando llegaba a la casa. Mire cómo me dejó el brazo –refiere doña Julia mientras enseña una marcada cicatriz en su brazo derecho–, si no lo dejo estoy segura que me acaba de matar, dejando mis muchachitos a la mano de Dios.
HEREDAD: Tres de sus hijos salen a encontrarla. La mayor carga a su pequeño, en su vientre lleva un segundo. Al fondo la casa de Julia.
¿Qué le pasaría para comportarse así?
Se le metió el diablo. Era demasiado celoso, quizás porque estaba macizo y yo más jovencita. Decía que cada vez que salía me iba a ver con chivos.
Ese día me iba a trozar con el machete y por eso lo dejé.
¿Se acompañó de nuevo?
Después me hice de otro hombre, pero los hombres de hoy en día no sirven, se van a la calle y tienen más mujeres. Viene por temporadas, pero después barajusta (se marcha) y no me ayuda en nada.
¿Madruga a comprar los mínimos?
Salgo de la casa desde las 5:00 de la mañana para estar a las 6:00 en el mercado Zonal Belén. Tengo que mañanear antes que se lleven los guineos maduros en carros que venden en la calle.
¿Cuánto gana?
Cuando me va bien gano 120 lempiras diarios. Compro 200 mínimos a 80 lempiras. Lo doy a lempira cada uno para terminar rapidito. Si los doy más caros me cuesta venderlos y no llego a tiempo a la casa para darles de comer a mis hijos antes que se vayan a la escuela.
¿Dónde los vende?
Generalmente en la colonia Villafranca. Me bajo en La Laguna y luego le doy para arriba pasando por Las Pavas, La Alemania y Buenas Nuevas. Allí vive la mayor parte de mi clientela.
¿Todos sus hijos estudian?
Gracias a Dios que todos mis muchachitos están en la escuela Santa Teresa del padre Patricio, unos van en la tarde, otros están en la nocturna.
¿Le cuesta sacarlos adelante?
Es difícil, pero les compro todo lo que les piden. Lo mejor de todo es que el padre Patricio les regala cuadernos y ropita.
¿Cómo mira a sus hijos en un futuro?
Los miro como hombres y mujeres de bien. Este me ha salido bueno –refiere Julia al señalar al más hombrecito de unos 15 años que sale a encontrarla cuando asoma por la Nueva Capital–  me ha cercado la casa con piedras y tiene bien limpito el solar. Yo le digo que es el hombre de la casa.
¿Está pensando en un noveno hijo?
Eso no lo sé… solo Dios sabrá, je, je, je, je…
¿Dónde vive?
Desde hace seis meses vivo en la colonia 28 de Junio en mi casita de láminas. La vivienda de Julia queda en la planada de un cerro, en la parte alta de la colonia Nueva Capital, justo donde se había planificado construir un nuevo aeropuerto para Tegucigalpa.
La venta no estuvo tan buena ayer: Julia Pérez solo vendió 170 mínimos. “Así es el negocio no todos los días es de ganar”, dice mientras es rodeada por sus retoños que le piden dinero para transportarse hasta la escuela.
De unas cuatro millones de mujeres que habitan en Honduras, 770,000 residen en Francisco Morazán, donde dan a luz en promedio de 2.5 hijos.
Los casos de paternidad irresponsable que se reflejan en los hijos de doña Julia abundan en Honduras con hombres que se jactan de ser machos dando lugar a miles de niños que nunca sabrán quién les engendró.

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