Monday, July 9, 2012

Sigue abierta venta de bebidas alcohólicas en Siguatepeque


Norma Pineda
La Prensa
Siguatepeque
Mauro Antonio Acosta Padilla (53) perdió la vista luego de ingerir un trago de aguardiente con metanol .
El hombre que hasta hace 15 días cultivaba la tierra y mantenía a su familia de lo que producía ahora lamenta que ya no podrá trabajar para sostener económicamente a sus hijos.
Inducido por un amigo al que desde hace seis meses no veía, se tomó un trago de guaro. A su amigo solo lo conocía como Chico y bebió para que él no se enojara. Los dos hombres departieron el domingo.
“He sido bolo, pero tenía como dos semanas de que no tomaba nada. Ese día me encontré a mi amigo. Él abrió la botella y cuando me eché el primer trago sentí un olor raro. Cuando me empiné la botella para beberme el otro ya no lo quise”, contó.
El hombre, padre de siete hijos, ahora es guiado por su compañera de hogar y sus hijos pequeños. Dijo que luego de tomarse los tragos se comenzó a sentir mal. “Me sentí como tatareto, me dio dolor de estómago de cabeza y basca. Llegué a la casa directo a acostarme. El lunes me levanté y no pude trabajar porque sentía gran debilidad”.
Dijo que un vecino lo quería llevar al hospital el lunes, pero que le dijeron que a nada iba porque había huelga. “Comencé a perder la vista el martes en la noche. Le decía a mi hija que prendiera la luz y la prendía y no miraba nada”.
Toño, como es conocido en el barrio Paso Hondo de Siguatepeque, dio gracias a Dios porque a pesar de que perdió la vista está con vida y no corrió la misma suerte de su amigo Chico, que falleció el mismo domingo que bebió el guaro.
Primer fallecido
Hoy es el último rezo de nueve días de los familiares de Elder Geovany Maldonado, primera víctima de la ingesta de alcohol en la zona central del país.
César Tulio Maldonado Aguilar, padre de la víctima, comentó que su vástago murió el sábado 30 de junio a las 5:30 am. “No aguantó llegar al hospital, falleció cuando íbamos por la cuesta de la Virgen. Mi hijo murió a las dos horas y media de haber tomado el guaro”, relató.
“Mi hijo tomaba todos los días, pero esa noche nos levantamos con mi esposa al escuchar que se quejaba. Le preguntábamos qué le pasaba, pero no podía hablar; estaba engarruñado, con dolor de cabeza, de estómago y basca”.
El hijo de 36 años de don Tulio, como lo llaman en la comunidad donde vive, barrio Paso Hondo, se dedicaba a la agricultura y la albañilería. El día antes de su muerte estuvo tomando con dos hombres cerca del mercado zonal San Juan, donde laboraba como vendedor de verduras. Ahora, Elder y sus dos amigos están muertos por tomar aguardiente adulterado.
“Cuando lo llevamos al hospital de Comayagua ya iba muerto. Les pedimos a las enfermeras que lo atendieran. Le revisaron el pulso y la presión, pero no pudieron hacer nada; ya iba muerto”, contó. “Es un golpe que no me esperaba. Es un dolor duro”.
Continúa venta de licor
Los dueños de tiendas de venta de licores hacen caso omiso a la prohibición de las autoridades municipales de no vender bebidas embriagantes.
Las licoreras tienen sus puertas abiertas a los clientes y en sus vitrinas han colocado rótulos en los que se lee: No se vende aguardiente o sea guaro. Pero en los negocios sigue la venta de bebidas alcohólicas y los clientes tomándolas.
Algunos de los alcohólicos expresaron que dejaron de tomar aguardiente Cinco Estrellas, Monserrat y Olanchano porque son los que presentan adulteraciones. “Estoy tomando Ron Plata porque esos otros están matando a la gente”, expresó un ebrio.
Las autoridades policiales, el Ministerio Público y el Departamento de Justicia Municipal de Siguatepeque han decomisado el aguardiente del mercado y decretado ley seca a fin de que la lista de fallecidos por intoxicación no aumente.
Las autoridades de Salud de Comayagua reportan el fallecimiento de 11 personas por tomar alcohol adulterado, pero el personal del Ministerio Público indica que ha levantado 22 cadáveres.
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