Se estima que si las mujeres tuvieran acceso equitativo a semillas, herramientas y créditos, el rendimiento de sus explotaciones agrícolas aumentaría entre 20 y 30%. |
La Tribuna
TEGUCIGALPA.- La mujer rural desempeña un rol fundamental para garantizar la seguridad alimentaria, sin embargo es necesario diseñar servicios financieros hechos a la medida de las mujeres para reducir las brechas de equidad, promover el bienestar y desarrollo humano para erradicar la pobreza y el hambre.
Las anteriores fueron las principales conclusiones de diferentes organizaciones, autoridades locales, productores y productoras, en un foro promovido por la Organización de las Naciones Unidas de la Alimentación y la Agricultura (FAO) en Honduras, en el marco del Día Mundial de la Alimentación y el Día Mundial de la Mujer Rural.
El foro promovido por la FAOHonduras se llevó a cabo en el municipio de Yorito, Yoro, y contó con el apoyo de la Alcaldía Municipal de Yorito, la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH), la Cooperativa Subirana Yoro Limitada y la Unión de Organizaciones de Yoro Limitada (UNIOYOL).
En el evento se presentó la situación actual de las mujeres rurales, quienes son las mayores ahorrantes; y en caso particular de Honduras se analizó la participación de las mujeres en las cajas rurales.
Según un estudio de cajas rurales y género, realizado por el Programa Especial para la Seguridad Alimentaria (PESA-FAO), por cada lempira ahorrado por los hombres, las mujeres lo superan en 1.8 lempiras; en el mismo estudio se detalla que las mujeres tienen una mayor cultura del ahorro, debido a sus responsabilidades en el cuidado de la familia y el hogar.
Se estima que si las mujeres tuvieran acceso equitativo a semillas, herramientas y créditos, el rendimiento de sus explotaciones agrícolas aumentaría entre 20 y 30%.
Las mujeres se encuentran en situación de desventaja frente al acceso al crédito, considerando que de los préstamos otorgados por estas cajas rurales solamente el 34% es para las mujeres, quienes lo destinan principalmente al consumo y emergencias no productivas y en menor porcentaje a la actividad pro ductiva.
La FAO estima que si las mujeres tuvieran acceso equitativo a recursos como: Semillas, herramientas y créditos, el rendimiento de sus explotaciones agrícolas aumentaría entre 20 y 30% y el número de personas con hambre en el mundo reducirían entre 100 y 150 millones. Asimismo, solo entre el 10 y el 20% de todos los propietarios de tierra son mujeres en los países en desarrollo.
Por lo tanto, es necesario producir y comercializar mediante la asociatividad a través de las organizaciones, sin menoscabo de la proyección social para ayudar a las personas más vulnerables.
No obstante, estas brechas, la mujer rural hoy es parte del desarrollo y progreso al realizar actividades productivas financiadas por cajas rurales como microempresas, huertos familiares, que contribuyen al mejoramiento de las condiciones de vida de su familia, la seguridad alimentaria nutricional, la caja rural y la comunidad.
Asimismo, los gobiernos municipales son claves en impulsar la asociatividad, participación y desarrollo de las mujeres, quienes son autoras y pilares para promover el desarrollo del país.
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