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La falta de empleo ha provocado que miles de personas se conviertan en vendedores ambulantes o estacionarios que se ubican en los mercados de Tegucigalpa y Comayagüela para ofrecer sus productos.
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TEGUCIGALPA - Laboraba sin ningún tipo de problemas en una entidad estatal, pero hace tres años fue víctima de persecución política y la despidieron sin prestaciones, por lo que se vio obligada a dedicarse a trabajar por cuenta propia, algo que no había hecho antes.
Pero la mala racha de Blanca Lidia Carbajal Romero (42) no paró ahí. Luego de mucho esfuerzo logró ubicarse en el mercado Colón, de Comayagüela, pero no por mucho tiempo. Meses después, su pequeño negocio, en el cual invirtió 85 mil lempiras, fue reducido a cenizas cuando un voraz incendio acabó con sus sueños y los de cinco mil locatarios más de los mercados de la ciudad gemela.
“Tengo cuatro hijos que mantener por lo que no me podía quedar con los brazos cruzados”, relató la aguerrida comerciante, tras recordar que se levantó de nuevo y ahora tiene una venta de calzado (nuevo, no usado) en la quinta avenida, de Comayagüela. “Además, ya no hay chamba para los mayores de 35 años”, se quejó.
De esa forma, se sumó a las 100 mil personas que cada año emigran hacia el sector informal de la economía para ganarse de alguna forma la vida, de manera honrada. El estudio denominado “Diagnóstico sobre la problemática de los vendedores estacionarios y ambulantes del Distrito Central”, elaborado por la Consejo Nacional de Vendedores Ambulantes de Honduras (Covanah) establece que en el país el sector informal crece rápidamente en todas las áreas a un ritmo de casi cien mil personas por año.
Las causas de ese fenómeno social son diversas, entre ellas, migración del campo a la ciudad, enfermedades y desintegración familiar, pero fundamentalmente obedece a la aguda crisis laboral que se registra a nivel nacional, indica. Desesperada, esa multitud se ubica en las vías públicas y ofrece diariamente sus productos con o sin el permiso de las autoridades edilicias, obstaculizando con ello el paso de peatones y vehículos automotores.
En el caso específico del Distrito Central, el 80 por ciento de los vendedores estacionarios, está organizado en gremios legalmente constituidos. En la actualidad, operan 4. 612 vendedores, quienes a través de sus organizaciones reciben capacitación en temas relacionados a su actividad.
Además, son beneficiados con micro-financiamientos para capital de trabajo pero también contribuyen en el ordenamiento de los puestos estacionarios. La masiva presencia de comerciantes en la capital genera un incontrolable hacinamiento de puestos estacionarios en Comayagüela, especialmente en temporadas y fines de semana, por lo que urgen de un reordenamiento en todas las líneas.
También requieren proyectos de infraestructura, estrategias de reubicación por zonas, así como fuentes de financiamiento para fortalecer o ampliar sus inversiones. Precisamente, Carbajal Romero, ex empleada de la Empresa Nacional de Artes Gráficas (ENAG), dice estar enjaranada hasta la coronilla, pues hasta tuvo que empeñar su casa para emprender su nueva aventura comercial.
“Lo que necesitamos son préstamos en condiciones favorables y seguridad”, expresó la comerciante quien a pesar de todo su infortunio sueña que algún día se convertirá en una gran empresaria.
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